viernes, 29 de mayo de 2009

Rara profesión




La verdad, es que cada vez resulta más difícil escribir de día. Además, la noche tiene su magia, sobre todo porque nadie “jode” y sepan disculpar la expresión, pero no existe otro vocablo que pinte de cuerpo entero las deliberadas obstrucciones a nuestros impulsos creativos, pergeñadas por nuestro entorno, sea cual fuere.
Y estoy hablando de crear en su sentido más simple: crear una dirección de correo electrónico, un blog, un nick, un barquito con el envoltorio de un chocolate, la palomita de la paz de un solo trazo (a no, ese dibujo creo que ya tiene dueño, jaja), etcétera. En síntesis, dar rienda suelta a nuestra imaginación así sea al reverendo botón, actitud que nos hace sentir muchas veces dueños de nuestro tiempo, ricos e inmutables, aunque sea por un rato, hasta que el sol asome nuevamente por la ventana y nos aclare de un cachetazo que nuestro tiempo no es tan nuestro, que somos pobres y vulnerables.
El bullicioso trajinar diario del que somos coprotagonistas por el solo hecho de andar de aquí para allá en el infructuoso intento de ganarnos un mango, termina por apabullarnos a nosotros mismos, que encontramos refugio en la profundidad de las noches, apacibles, reflexivas, en las que el sabor de un buen whisky sabe mejor, diría mi amigo Moisés.
Es así, que a partir de la fecha voy a intentar describir diariamente la complejidad del hombre simple, cuya realidad se asemeja en todos los países latinoamericanos en los que la noche cobra un gran significado.

3 comentarios:

  1. estuve una hora para poner un comentario. ¿Qué pasa man?. Bueno tu blog

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  2. Has entrado en un universo nuevo y maravilloso. Has creado un blog. Felicidades por esta -me atrevo a decir- nueva etapa. Vas a ver que hay muchas cosas nuevas por descubrir, y a la vez muchos descubrirán cosas que no conocían sobre vos.
    ¡Felicidades!

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